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NUEVAS MONEDAS

Por: Miguel Chacón

¿Por qué las cambiaron?
El cambio en las monedas se realizó, principalmente, para reducir sus costos de producción. Anualmente, al Banco de la República le cuesta unos 46.000 millones de pesos producir las monedas, pero con los nuevos diseños estos costos se reducirán en 15.000 millones de pesos. Esto significa que las nuevas monedas le representan un ahorro del 33 por ciento.

Ese ahorro se logrará con base en una nueva composición de metales utilizados para su producción y una reducción del 11 por ciento en el tamaño de las monedas.
En la última década aumentaron significativamente los precios de los metales preciosos. Por esta razón, las nuevas monedas tienen una composición de metales diferente, menos costosa. Así mismo, las monedas de 50, 100 y 200 pesos tendrán un menor tamaño. La de 500 conserva su tamaño.

Los artistas Johana Calle y Antonio Suárez fueron los creadores de los diseños de las nuevas monedas, que tienen como tema principal la biodiversidad con especial énfasis en el agua. La moneda de 50 pesos estará adornada por un oso de anteojos, mientras que la de 100 pesos mostrará el frailejón de los páramos, la de 200 pesos lucirá una guacamaya, la de 500 pesos una rana de cristal y la de 1.000 pesos contará con la imagen de una tortuga caguama.

Las monedas de 50 y 500 pesos empezaron a circular el día de su lanzamiento, mientras que las de 100 y 200 pesos entrarán en circulación A finales  del mes de julio.

La moneda de 1.000 pesos entrará al mercado a partir del mes de agosto y el banco estima que este año se producirán 45 millones de monedas de esta denominación (con valor de 45.000 millones de pesos), de un total de 300 millones de monedas.

Los billetes de 1.000 pesos se dejarán de producir en diciembre de 2012 y como su duración promedio es de 12 meses, entonces para finales de 2013 e inicios de 2014, los billetes de esta denominación habrán desaparecido por completo.


Las monedas actuales, en sus diferentes denominaciones, seguirán en circulación y su salida del mercado será en forma gradual.


La vida útil de una moneda es de 15 a 20 años. Eso significa que en las próximas dos décadas seguiremos viendo y utilizando las antiguas monedas, como un método de pago válido.



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